FEMINIZACIÓN DE LA POBREZA

Desde que surgió el neologismo conocido como aporofobia, en el que según la RAE se trata del rechazo o aversión a los pobres, se ha llegado a la conclusión de que cada vez son más las mujeres que se suman a la pobreza actual, estas se empobrecen debido a causas relacionadas con afecciones de carácter familiar, como es el caso de las separaciones o de las madres solteras.

La productora Disney ha caído en la representación de esta necedad, ejemplo de ello está en ciertas princesas dentro de su creación, las cuales se encuentran sumidas en la pobreza y su única salvación es encontrar a un apuesto príncipe que les ayude a salir de esta situación. Se trata de una subida de escalafón sutil que viene a decir que, solo hay una única forma de alcanzar la ansiada autorrealización.
Como se cita en el texto Feminización de la pobreza:  Un problema globalde Valdés Estrella, M., “La pobreza es, resultado de la falta de poder, imposibilidad de acceder a recursos económicos, políticos y culturales”, de hecho, el empleo de la mayoría de ellas se reduce al cuidado del hogar, con labores como la costura o la limpieza. Ninguna de ellas asume un cargo de dirección importante.
Asimismo, Disney representa a la perfección la diferencia entre estamentos, con una división antagónica ligada al capitalismo, aunque el dinero no es uno de los elementos simbólicos de las películas, sino que se encuentra directamente ligado con la realeza.
Pocahontas por ejemplo, vive en un poblado de chozas, en el que las mujeres se ocupan de la recolecta del maíz, mientras que los hombres son guerreros que se encargan de la caza para su subsistencia, además de asegurar la protección de los aldeanos. Hasta que llega John Smith, que, aunque se muestra como la salvación de Pocahontas, en realidad se trata de un colonizador que busca la eliminación de la cultura de la heredera al poder.
Otro ejemplo es Blancanieves, que, a pesar de ser una princesa, su madrastra la obliga a vestir con harapos y a fregar a causa de la envidia generada por su belleza.


Bella y Cenicienta se sumarían al mundo de la pobreza Disney, las dos son representadas humildemente, sufridoras a causa de personas ajenas. De alguna forma, la simbología de la belleza va más allá, pues es tratada a modo de billete para poder acceder al matrimonio con un príncipe totalmente masculinizado.
Otro dato a destacar, es la eliminación de uno de los pilares de la familia, apelando en todas las historias a la orfandad de las princesas. Tanto Pocahontas, Blancanieves, Bella, Ariel y Yasmín carecen de la figura materna. Si no es así, eliminan prácticamente cualquier existencia de emparentado a modo de respaldo emocional como ocurre en Cenicienta.
Por lo tanto, Disney alega al sentimiento de aporofobia, pues la trama de las películas consiste en mostrar ese paso que relativamente tienen que atravesar sus princesas para saltar de la pobreza a una vida llena de riqueza a través del matrimonio.
“La pobreza tiene rostro de mujer: en el mundo alrededor de 1.300 millones de personas viven en la pobreza absoluta, la mayoría son mujeres”. (Valdés Estrella, M.).


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