Budha explotó por vergüenza es una película de Hana Makmalbag del 2007 en la cual se retrata a la perfección la situación de muchas niñas en la actualidad, que desean ir a la escuela pero no se les permite.
No estamos ante una película “común” llena de efectos especiales que busca entretener. Está hecha para que el espectador se pare a reflexionar y se de cuenta de que no vive en un mundo perfecto; lo que para el mundo del occidente es tan sencillo y fácil como ir a la escuela, para muchas niñas de países subdesarrollados es un reto y más en países como es Afganistán, donde los derechos de las mujeres son ínfimos.
Para situaros un poco en la película, su protagonista Baktay es un niña afgana que desea ir al colegio con su vecino para aprender el alfabeto, historia, etc. como el resto de niños pero a lo largo del camino se encuentra numerosas trabas relacionadas con la pasividad, conformismo y normalidad con la que aceptan la situación los adultos y la agresividad de los niños. Finalmente, consigue llegar pero no consigue apuntarse por llegar tarde, mostrándose la pasividad de los adultos que mencionamos.
A la hora de reflexionar, lo primero debemos ponernos en el contexto en el que se desarrolla la película y tener en cuenta la situación de las mujeres en Afganistán en relación a los hombres. Estamos ante un país donde se desarrollan diariamente diferentes conflictos bélicos y su población carece de libertad; lo podemos apreciar en los diferentes diálogos de la película: “No me han enseñado nada, he aprendido sola”, “Baktay, muérete, si no te mueres, no serás libre”, “No quiero jugar a apedrear.” Frases que desde nuestro punto de vista, son muy duras y más escuchadas desde un niño. Al desarrollarse la película desde la visión de una niña, se muestra esta realidad como si fuera un juego apedrear a una mujer o secuestrarla pero no dejan de ser unos niños imitando a los adultos, “sus ejemplos a seguir”. Situaciones horribles que se encuentran normalizadas por la población afgana y que los niños simplemente juegan a imitar.
También, como hemos dicho, en la película se refleja la pasividad de los adultos hacia los problemas de los niños, no les prestan atención, no les hacen caso ni les muestran un mínimo de interés.
Resaltar de la película, las dos escenas donde los personajes aparecen con bolsas de en la cabeza con orificios en los ojos; la más impactante es la que aparecen los niños secuestrando a Baktay imitando a los “talibanes” con la excusa de que es una infiel y todo aquel considerado infiel, puede ser ejecutado.
Es importante ver este tipo de películas con una actitud crítica y pararnos a reflexionar por la situación tan dura que viven muchas mujeres en otros países como es Afganistán, nos hará abrir la mente y empezar a valorar más todo lo que tenemos y lo afortunados que somos e incluso, cambiar algunas injusticias que suceden a nuestro alrededor.
Por último, nos gustaría que buscárais información e indagárais más en las historia de Afganistán y qué es o más bien quién les ha llevado a ser un país tan duro y cruel.
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