Antonia es una película originaria de Holanda y direccionada por Marleen Gorris, directora de cine y guionista neerlandesa. Se trata de la narración de una mujer, en este caso de Antonia, que, comenzando desde su vejez nos cuenta de forma detallada el recorrido de su vida empezando por la muerte de su madre. Desde el comienzo del filme se puede apreciar la peculiaridad de este, el esperpento se encuentra presente en muchos de los personajes creados por Marleen, como es el ejemplo de Madonna “la loca”, que aúlla con la luna llena.
A lo largo de la película se relatan varias historias, todas ellas protagonizadas por mujeres de la familia de Antonia. Se trata de una narración que toca temas como el amor, el sexo, la religión, la violencia, además de los diferentes estilos de vida del pueblo holandés.
Uno de los aspectos más importantes que se resalta a lo largo del filme es el papel de la iglesia, desde el comienzo de la película las figuras se mueven y miran a Daniela. Antonia, su madre, es una mujer fiel y tenaz en cuanto a sus principios, persigue ante todo la búsqueda de la libertad y el bien de su familia, y aunque no se encuentra de acuerdo con los dogmas que se promulgan en la iglesia, ella asiste con asiduidad. Su hogar podría asemejarse a una segunda “casa del señor”, pues todos aquellos que no son queridos por el resto de habitantes del poblado acaban refugiándose en su casa. Mostrándose como el último paso de la pirámide, es decir, la autorrealización, pues una vez asentados, se les muestra realmente felices.
El género es otro de los aspectos que aparecen en la película, desde el inicio se deja claro el papel de la mujer en el poblado, pues son tratadas como objetos o más bien como máquinas que sólo saben cuidar del hogar y dar hijos a los hombres. La violación está presente en varias ocasiones, mostrando las consecuencias y castigando al causante con la muerte. Por otro lado, está el papel de Daniela y su deseo de querer ser madre pero sin la figura del padre, que, a pesar de vivir en una zona en la que no iba a ser de agrado para los habitantes, Antonia la apoya en todo el proceso. Más adelante se muestran las preferencias sexuales de Daniela al consolidar una relación con la profesora de Teresa, su hija. De esta forma, madre e hija rompen con los estereotipos y prejuicios del poblado.
Aunque la protagonista de la narración es Antonia, a lo largo del filme se puede visualizar una a una las personas que pasan a lo largo de su vida, mostradas, en muchas ocasiones hasta su muerte, haciendo que empatices con todas ellas.
La muerte es un elemento que se encuentra presente tanto al inicio como al final de la película, Marleen lo representa como un paso más, una transición, triste al mismo tiempo, pero por la que hay que pasar para que la vida siga su transcurso.
Finalmente, Antonia muere rodeada de toda su familia, que, como bien dice ella “este es el único baile que bailamos” refiriéndose a la vida en sí misma. En estas escenas la protagonista es Sara, la hija de Teresa, donde también se descubre que es la narradora.
Gracias a la creación de esta película, Marleen Gorris obtuvo varios premios. En 1995 fue galardonada con un Óscar a la “Mejor película de habla no inglesa”, junto al premio “People´s Choice en el Festival de Toronto. De forma seguida, en 1996, Antonia fue nominada en los premios BAFTA, de nuevo, a la “Mejor película de habla no inglesa”.
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