Esta película, basada en la archiconocida obra de George Orwell 1984, cuenta la historia del Big Brother o del omnipresente. Una sociedad que vive vigilada por el gran jefe con unas normas y unas restricciones. Algo como escribir un diario estaba penado con la muerte.
En todas las casas, salas, lugares públicos había una cámara por la que durante 24 horas al día controlaban a la gente. Esta idea de panóptico en Disney no se ve reflejada en ninguna película.
Existen ciertos departamentos que se encargan de controlar toda la información que circula y los hechos que ocurren, la administración del pensamiento, el ministerio del amor, comité matrimonial, ministerio de la verdad…
La historia que cuenta mientras va transcurriendo la historia es la de una pareja que se ha enamorado y tiene que verse a escondidas, finalmente, aunque ellos creen que no lo saben, los encuentran y les hacen pasar por torturas para acabar amando a Big Brother y ellos terminan separándose.
Esta sociedad donde se manipula la información y se practica una vigilancia masiva puede verse relacionado con el presente donde vivimos, con una vigilancia mediante las redes sociales, las cookies y una manipulación de la información desde los medios de comunicación.
En un momento de la película, el protagonista dice “Esto es lo que nos ha hecho el Big Brother, nos hace odiarnos y temernos”. La falta de libertad a la hora de conocerse, de relacionarse hace que entre ellos tengan esa manera de verse.
Llegando al final de la película, vuelve a aparecer el papel de reivindicarse, de unirse a la resistencia y luchar por unas libertades. Papel que venimos viendo desde textos y películas anteriores en el blog, como el de Los Indignados.
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