NATURALEZA CULTURAL ASOCIADA A DISNEY




Las Princesas Disney forman parte de una cultura que se ha inculcando generación tras generación junto a unos valores. Pero, ¿de verdad están creando una base de cultura en ellas?
Si analizamos todas las películas donde aparecen princesas hasta hace unos años, que a partir de ahora los denominaremos como “clásicos Disney”, podemos apreciar historias idealizadas que repiten el mismo patrón cambiando únicamente el escenario: una joven con una historia trágica a sus espaldas, una mujer “malvada” con el poder de la situación, donde la princesa ha de ser salvada por un apuesto príncipe.
Disney a lo largo de su historia, ha decidido adaptar diferentes producciones culturales como por ejemplo, los cuentos de los hermanos Grimm. Creando de esta forma una gran producción cultural cinematográfica; llegando incluso a apropiarse de las historias. 
Otro dato destacable de las películas Disney, son los guiños a diferentes culturas como sucede en Mulán o Pocahontas. Además, hacen un recorrido por diferentes hechos históricos o tiempos.
Por otro lado, se ve un mismo patrón relacionado con la naturaleza. La mujer siempre ha sido vinculada con este aspecto, debido a que se deja llevar más por las emociones que por la razón, mientras que el hombre es asociado con la cultura, el progreso, etc. 
Las mujeres Disney son seres muy relacionados con la naturaleza, lo podemos apreciar en películas como La Cenicienta o Blancanieves, las cuales pueden hablar con los animales, siendo las responsables de su cuidado, es decir, la mujer es la encargada de las tareas domésticas, mientras que los hombres son los salvadores y quienes acuden a las batallas. Aquí surge otro concepto indispensable para entender la cultura Disney, relacionado con ser buena madre y esposa. De hecho, si analizamos profundamente la película de La Cenicienta, este concepto es fundamental, dado que la mayor parte de la película sigue esa línea argumental; el padre del príncipe está empeñado en encontrar una buena esposa y madre para su hijo por lo que convoca un baile para elegir a la mujer perfecta, capaz de darle los nietos que desea. 
Pocas son las princesas que se representan como almas libres imposibles de controlar, que escapan del sistema imperante, como sucede con Pocahontas y Mulán, pero que siempre intentan ser controladas para que no se salgan de lo establecido, el resto se conforma con adaptarse y aceptar las normas.

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