En el postmodernismo dejan de operar los relatos únicos del positivismo, y entran en juego otras voces como las de las mujeres, las voces de los colonizados. También caracterizada por una heteroglosia.
En las películas protagonizadas por las princesas Disney clásicas, se puede ver una clara jerarquía tanto dentro de la familia como socialmente y una recreación de temas clásicos. En la mayoría tienen una familia estructurada y su “deber” es encontrar a un príncipe que les dé una estabilidad en la vida y una razón de ser.
En la línea temporal de estas películas hay un inicio donde se crea el contexto y se presenta a los personajes, la trama va avanzando hacia el nudo, en el cual suele aparecer la nostalgia, los sentimientos, crean la necesidad de algo, las muestran como incompletas en este punto de la trama. Finalmente, en el desenlace aparece su salvador, es decir, la figura del príncipe, cerrando así el círculo para crear la perfección ilusoria en la película.
Con el paso del tiempo, Disney ha querido adaptarse a la modernidad de la actualidad reformulando el destino de las últimas princesas que ha creado. Ya no dependen de su familia, ya no todas buscan a ese príncipe azul que les salve la vida y estén juntos para siempre.
En el postmodernismo dejan de operar los relatos únicos del positivismo, y entran en juego otras voces como las de las mujeres, las voces de los colonizados. También caracterizada por una heteroglosia.
En las películas protagonizadas por las princesas Disney clásicas, se puede ver una clara jerarquía tanto dentro de la familia como socialmente y una recreación de temas clásicos. En la mayoría tienen una familia estructurada y su “deber” es encontrar a un príncipe que les dé una estabilidad en la vida y una razón de ser.
En la línea temporal de estas películas hay un inicio donde se crea el contexto y se presenta a los personajes, la trama va avanzando hacia el nudo, en el cual suele aparecer la nostalgia, los sentimientos, crean la necesidad de algo, las muestran como incompletas en este punto de la trama. Finalmente, en el desenlace aparece su salvador, es decir, la figura del príncipe, cerrando así el círculo para crear la perfección ilusoria en la película.
Con el paso del tiempo, Disney ha querido adaptarse a la modernidad de la actualidad reformulando el destino de las últimas princesas que ha creado. Ya no dependen de su familia, ya no todas buscan a ese príncipe azul que les salve la vida y estén juntos para siempre.
Por ejemplo, en la película Brave, que se estrenó en el año 2012, en España se tradujo como “Indomable”. Mérida, su protagonista no busca estar siempre perfecta, no lleva un recogido intacto ni un maquillaje precioso. Su padre le regala por su cumpleaños un arco y una flecha en lugar de un vestido despampanante o una carroza. Al final de la película es Mérida quien libera al príncipe y devuelve la humanidad de su madre y sus hermanos.
Otro ejemplo de estas “princesas actuales” podría ser Frozen, la primera película se estrenó en el año 2013 donde sus protagonistas Elsa y Anna, dos hermanas que viven con sus padres en el reino de Arandel pasan por experiencias muy diferentes a las de las princesas Disney a las que estamos acostumbradas. Entre los sucesos que les ocurren a estas hermanas está la pérdida de sus padres en el mar durante una tormenta mientras viajaban en su barco, además de evitar la profecía que condena a su querido reino una vivir en un infierno eterno gracias a Elsa y sus poderes.
Antes del estreno de la segunda parte de esta película (Frozen II) se rumoreó que el personaje de Elsa se iba a mostrar como homosexual, enamorándose así de otra chica. Esta sería la primera vez que se muestra otra orientación sexual en las películas de la marca Disney, aunque esto no llegó a suceder en la película, no sabemos si declinaron la idea o nunca llegó a estar encima de la mesa. De todos modos, en esta película Elsa y Anna siguen siendo independientes ya que es Elsa quien se encarga de controlar el bosque encantado mientras que Anna reina en Arandell, ambas sin ayuda de ningún príncipe.
Buscando entre los videojuegos, encontramos que los que hay de princesas Disney son todos muy parecidos, vestir a las princesas, maquillarlas, cantar con ellas o contar cuentos de forma digital.
Cabe destacar que nos ha llamado la atención que de la película Frozen entre videojuegos de peinar y vestir, hay uno similar al icónico Mario Bross donde tienes que ir superando obstáculos con el personaje para llegar al final de este.
Esto también ocurre con la película de Brave, justamente las dos películas que hemos catalogado como princesas modernas.
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