El artículo hace una reflexión sobre la violencia de género realizada sobre un estereotipo de mujer blanca y de clase media. Estudia desde la Declaración de la IV Conferencia Mundial sobre las mujeres, donde refleja ideas como que la violencia de género es una manifestación de las relaciones de poder, no siendo solamente violencia física, sino que tiene que ver con las relaciones de poder desiguales histórica y culturalmente establecidas entre hombres y mujeres.
Habla de la violencia simbólica, nombrando a Bourdieu y su definición, de donde saca la idea de que es una forma de poder que se ejerce directamente sobre los cuerpos y es una violencia que se ejerce en lo más profundo de los cuerpos.
Neus Campillo habla de la “ambivalencia del sometimiento” que defiende que son los mecanismos psíquicos de poder los que forman al sujeto de manera que el sujeto existe como poder desde el sometimiento.
Butler se ocupa de la cuestión del lenguaje del odio (la amenaza, el insulto) y su capacidad de poner al otro en una posición subordinado. Dice que las palabras que uno utiliza, algunas veces engendran violencia, siendo instrumentos muy poderosos.
Mediante estos dos textos: Ojos azules y En la barbería no se llora, el autor explica de forma práctica la violencia simbólica que se ejerce de manera invisible sobre los cuerpos. No sólo sobre el cuerpo femenino, sino también en En la barbería no se llora habla de ella sobre el cuerpo masculino.
En las películas de Te Doy Mis Ojos y Thelma y Louise podemos ver claramente tanto actos de violencia simbólica, como el lenguaje del odios de los que hablaban en el artículo, en la actitud de Darryl hacia Thelma, creando una violencia de género contra la que luchan Thelma y Louise, lanzando un mensaje al público que ha visto la película. Además en Te Doy Mis Ojos se ve de una manera más real al mostrar no sólo la actitud de la persona que lo vive sino también a quien tiene alrededor, como su madre, su hermana, su hijo o sus compañeros de trabajo.
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